Era viernes, pero el ambiente en el entorno del CITE (Centro de Innovación y Teatro Escénico) de Sevilla ya olía a fin de semana y, sobre todo, a historia. La segunda fecha de La Madrugá Tour no sólo confirmó el magnetismo de Delaossa sobre las nuevas generaciones —el público, mayoritariamente entre 18 y 24 años, llevaba horas haciendo cola—, sino que reafirmó su madurez artística: ya no es simplemente un rapero con alma de cronista; es un contador de vidas en escena.
Vestido con un chándal azul de Adidas que contrastaba con la sobriedad escenográfica de la apertura, Delaossa apareció en escena como quien pisa el suelo de casa: con seguridad, pero también con respeto. “Sevilla, hacía mucho tiempo que no nos veíamos las caras”, soltó antes de que los primeros acordes de Un Gran Sueño hicieran vibrar la acústica perfecta del CITE. Desde ese instante, quedó claro que el show no iba a ser un simple repaso de hits, sino un viaje teatral en cinco actos donde cada canción tenía un propósito narrativo.
🎭 Una vida en cinco actos: el show como espejo del alma
Acto I · El Despertar
El concierto arrancó con una energía casi mística: sonidos atmosféricos, visuales de una bahía y una escena que parecía una cena familiar. Un Gran Sueño, Rey y Vulnerable no sólo abrieron el show, sino que simbolizaron el origen. La interpretación fue tan precisa como emocional, y la voz de Delaossa, clara y grave, fue sostenida por una banda sólida (dos guitarras, piano y batería), capaz de equilibrar crudeza y sensibilidad con una nitidez sonora difícil de igualar en espacios de gran formato. El CITE, como de costumbre, respondió como un auditorio bien afinado: cada palabra llegaba limpia, cada golpe de bombo retumbaba sin ensuciar.
Acto II · Delirios de un Adolescente
La transición visual fue clave: el telón bajó para revelar una etapa marcada por relojes brillantes, colores azules y referencias materiales. En este bloque introspectivo, Delaossa revisó su adolescencia a través de temas como Bling Bling, Ojos Verdes y Elíseos. La aparición de una moto de agua en el escenario o los visuales de diamantes sirvieron de metáfora para una etapa de contradicciones. “Esta va por la gente que lleva desde el principio… mi familia real, for real!”, gritó antes de Ojos Verdes, y el público lo devolvió con una ovación que parecía sacudir el patio de butacas.
Acto III · Los Chicos del Cosmos
Este bloque fue, sin duda, uno de los más esperados. El homenaje a Space Hammurabi fue tanto una celebración como una promesa. Desde Guernica hasta Los Odiosos Ocho, el universo cósmico del colectivo malagueño volvió a brillar. “Hace 10 años de Space Hammurabi. No nos pueden apagar la luz, es imposible”, dijo Delaossa, emocionado. La barra “Se me juntó la ambición con la necesidad” (en Mal Agüero) funcionó como una radiografía lírica de todo el segmento: querer salir, sin saber cómo, mientras se sostiene la mirada al cielo.

Fotografía cedida por TasteTheFloor/@mendosip
Acto IV · Rehab, Recaída: El Camino
El Seat Ibiza apareció en escena como un santuario de recuerdos. En Cuánto Falta, Delaossa y su padre compartieron coche y canción, en uno de los momentos más conmovedores de la noche. “Cantar así siempre es más bonito, con la familia cerca”, confesó. Siguieron Demonios de Blanco (con visuales de Recycled J, que engañaron al público) y Pájaros de Barro, donde se rindió tributo a Manolo García – a quien cubriremos el próximo año, en este mismo recinto – y a su madre fallecida. Estrella y Veneno bajaron la intensidad, y al mismo tiempo la elevaron emocionalmente: Delaossa, sentado en un rincón del escenario, lanzó un mensaje directo al corazón: “Muchísimo ánimo si habéis perdido a alguien. Hoy está aquí la familia de mi tío Domingo”.
Acto V · La Madrugá
Con Nueva Season, Delaossa volvió a salir al escenario acompañado por toda su familia y amistades. Las luces, más cálidas, transformaron el CITE en una casa andaluza llena de afectos. “Con la excusa del álbum acabé sufriendo un cambio”, cantó, mientras en los visuales aparecía una casa donde habitaban los recuerdos, los dolores y las mariposas rojas que dieron nombre a uno de los temas más celebrados del final. El confeti, la coralidad del público y la última barra de Still Luvin (con Quevedo, aunque ausente) sellaron un cierre en alto.

🌠 Entre familia, barrio y galaxias: los momentos imborrables
Más allá del diseño estructural del show, hubo instantes que capturaron la esencia de La Madrugá Tour. El homenaje al barrio de El Palo con El Patio fue doblemente emotivo al estar acompañado de Pepe y Vizio. El abrazo con su padre tras Cuánto Falta, la dedicatoria a su madre en Pájaros de Barro, y el mensaje en Estrella crearon un tapiz íntimo que solo un artista con dominio del tempo emocional puede sostener en un show de gran formato.
Y hubo humor también. Cuando aparecieron los visuales de Recycled J, la sala estalló en gritos… hasta que Delaossa, entre risas, aclaró: “Hoy ha sido el meme del mes”. Pequeños gestos, grandes verdades. Como cuando pidió ruido “para los de Granada, para mi Pepe y mi Vizio”, o cuando declaró: “Sevilla, esta es mi segunda casa”.
🎨 Escenografía y sonido: cuando lo visual acompaña al verso
Uno de los mayores aciertos del show fue su capacidad de convertir el espacio escénico en un relato visual. Cuadros que se iban pintando en tiempo real, motos de agua como metáforas del deseo, un coche que viajaba por el desierto de la memoria, mariposas rojas que llenaban la pantalla mientras caía confeti rojo: cada imagen amplificaba el significado de las barras.
El trabajo de iluminación fue milimétrico, alternando tonos fríos para los actos introspectivos y luces cálidas para las escenas familiares. El CITE, con su acústica ya reconocida como una de las más limpias del sur de España, permitió que todos los matices —desde el susurro hasta el rugido— llegaran al público con una precisión que haría envidiar a cualquier estudio de grabación.

Fotografía cedida por TasteTheFloor/@mendosip
🧠 De Space Hammu a la redención: el viaje artístico de Delaossa
La Madrugá, como álbum y como gira, representa un punto de inflexión en la carrera de Delaossa. El rapero malagueño ha dejado de ser solo un narrador del barrio para convertirse en un dramaturgo urbano. La barra “Se me juntó la ambición con la necesidad” no solo define una etapa, sino una ética: crecer sin traicionar el origen. Desde los días en Skill Leaders, pasando por Un Perro Andaluz hasta este nuevo ciclo, Delaossa ha sabido sostener una narrativa de superación sin perder la poesía del sur.
El regreso anunciado de Space Hammurabi en 2026 promete ampliar aún más este universo lírico y sonoro. “Quién no se haya enterado, Space Hammurabi vuelve con disco”, anunció entre aplausos. Y mientras tanto, Still Luvin y Flores sirven como bisagras entre lo colectivo y lo individual, entre el dolor que se comparte y la esperanza que se canta.
🔚 Una madrugá que no se olvida
Al salir del CITE, muchos aún tarareaban El Patio, otros hablaban del Seat Ibiza en el escenario como si lo hubieran conducido. Lo que dejó Delaossa en Sevilla no fue solo un espectáculo: fue una ofrenda emocional, un viaje de ida y vuelta entre las heridas del pasado y la promesa de un futuro compartido.
Desde Crowding News lo decimos con certeza: La Madrugá Tour no es una gira, es una experiencia escénica total, un manifiesto lírico, visual y emocional de uno de los artistas más lúcidos del panorama español.
La gira continúa y nosotros seguiremos ahí, cubriendo cada instante que valga la pena contar. Este fin de semana estaremos en la Bresh de Pandora, el concierto de Manuel Turizo en el Live Sur Stadium y el concierto de Ryan Castro en Pandora. Porque la música no se detiene. Y nosotros tampoco.






