Esta misma mañana, el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, inauguró la primera fase de ampliación del Estadio de La Cartuja en Sevilla. Con una inversión de 10 millones de euros por parte del Gobierno andaluz —de un total de 15—, el recinto alcanza ahora los 70.000 asientos y se posiciona como el tercer estadio más grande de España. La ambición es clara: convertir La Cartuja en una instalación cinco estrellas, lista para albergar el Mundial 2030 y todo tipo de macroeventos.
Sin embargo, entre cifras y gradas nuevas, una pregunta resuena con fuerza en la escena cultural: ¿qué significa esta transformación para los conciertos, festivales y la música en directo en Sevilla?

🎤 De AC/DC a Carrasco: un recinto con historia musical... y margen de mejora
Aunque concebido como un estadio principalmente deportivo, La Cartuja ha ganado peso en la agenda musical en los últimos años. Conciertos como el de Guns N’ Roses en 2023 o el de Manuel Carrasco en 2022 —que batió récords con más de 74.000 asistentes— han demostrado que el espacio tiene potencial para grandes producciones.
Sin embargo, a diferencia de recintos como el Wanda Metropolitano o el Estadi Olímpic, La Cartuja no se ha consolidado aún como parada habitual en los grandes tours internacionales ni como sede recurrente de festivales. Hasta ahora, ha funcionado más como solución puntual para conciertos de alto calibre que como motor cultural estable.
🛠️ Más aforo, mejores gradas: ¿y la experiencia musical?
Con la nueva ampliación, el estadio gana un anillo de gradas que añade 12.000 asientos al aforo total. Además, se han mejorado zonas técnicas, vestuarios, accesos y estructuras de montaje. Esto, según promotoras como Live Nation o Riff Producciones, abre la puerta a "propuestas escénicas de mayor complejidad" y a giras de artistas que antes descartaban Sevilla por cuestiones logísticas.
Pero no todo es inmediato: durante las obras, algunas gradas altas no estarán disponibles y los accesos secundarios han sido reubicados, lo que puede suponer retos para el montaje y la movilidad de conciertos previstos como el de Bruce Springsteen en junio de 2025 o la propia Velada del Año V.
Por ahora, la Junta asegura que las actuaciones no se verán afectadas. Los técnicos han implementado soluciones como estructuras escénicas más ligeras y refuerzo del sonido direccional para garantizar la calidad en medio de la transformación.
📆 Mundial 2030: una vitrina... y una ventana cerrada para la música
El Mundial de Fútbol de 2030 marcará un hito para La Cartuja. Ya confirmada como sede para partidos de fase de grupos y posiblemente octavos, el recinto vivirá entre abril y julio de ese año su periodo más futbolero.
Eso implica una congelación temporal del calendario cultural. Promotores y técnicos consultados advierten que, si bien la proyección internacional es positiva, la prioridad futbolística podría suponer una barrera para la programación de conciertos en fechas clave del verano.
Desde la Junta, sin embargo, insisten en que la planificación permitirá compatibilizar ambos mundos. La clave, dicen, será mantener un equilibrio entre los intereses deportivos y culturales, y asegurar que los conciertos no queden en segundo plano durante los preparativos y el desarrollo del evento.
💬 Voces de la industria: entre la ilusión y la cautela
"La Cartuja necesitaba este impulso", afirman desde Live Nation, "porque Sevilla tiene todo para ser referencia musical en el sur de Europa". Pero también piden que la inversión no se limite al cemento: es necesario reforzar los servicios técnicos, la conectividad y la movilidad para el público, sobre todo en eventos de gran afluencia.
El propio Juanma Moreno lo tiene claro, quien durante la inauguración subrayó que este nuevo estadio es "una apuesta de ciudad, no solo de fútbol".
Para promotoras locales, sin embargo, el verdadero reto será que el nuevo La Cartuja no solo sea un cartel atractivo, sino un entorno funcional. Porque, como recuerdan, “de poco sirve un estadio moderno si los costes técnicos o las restricciones logísticas disuaden a artistas y productoras”.

🎯 Conclusión: una oportunidad afinada... si no desafina el resto
La ampliación de La Cartuja marca un antes y un después para Sevilla como ciudad de eventos. Con una infraestructura de primer nivel y la mirada del mundo puesta en el Mundial 2030, el potencial para consolidarse como destino musical es real.
Pero ese potencial debe traducirse en políticas culturales concretas, apoyo a las promotoras y una visión que ponga a la música en el centro, no en los márgenes de la agenda deportiva. La Cartuja puede ser mucho más que un estadio: puede ser el escenario donde Sevilla deje de ser una escala sureña y se convierta en una parada obligatoria en las giras globales.