La noche del 29 de junio de 2025, la Plaza de España de Sevilla se transformó de nuevo en un templo sonoro donde el pasado arquitectónico y la música urbana más actual se dieron la mano. Fue el turno de BIGSOUND Sevilla 2025, la parada andaluza del festival urbano nacido en Valencia, que se ha consolidado como uno de los ciclos más potentes dentro de la programación del Icónica Santalucía Sevilla Fest.
El Icónica, en su quinta edición, ha convertido la monumental plaza diseñada por Aníbal González en un escenario icónico para conciertos en Sevilla. Bajo el mismo cielo se han escuchado desde Justin Timberlake a Maná, y el domingo fue el turno de una selección de estrellas del reguetón y el pop latino que transformaron el recinto en una pista de baile bajo las estrellas.
El escenario, enmarcado por las columnas de ladrillo visto y los puentes del canal iluminados, ofrecía un espectáculo visual impresionante. Las luces se reflejaban en el agua, creando destellos hipnóticos mientras miles de asistentes se preparaban para una noche que prometía intensidad, calor y mucho ritmo.

🔥 Un atardecer inclemente y un público decidido: la antesala del festival
Desde media tarde, Sevilla fue un horno. El calor superaba los 40 grados al inicio del acceso, y sin embargo eso no detuvo a los fans: ropa veraniega mínima, abanicos artesanales con mensajes personalizados, gafas de sol y gorras improvisadas marcaban la estética del público.
La entrada fue ordenada pero lenta: la seguridad revisaba entradas mientras los asistentes buscaban sombra en los soportales o directamente en el suelo, con mantas y colchonetas. El murmullo colectivo era una mezcla de emoción y resignación ante el calor: muchos comentaban que "esto es Sevilla en verano, pero merece la pena".
A medida que el sol caía, el ambiente se relajaba un poco, aunque la temperatura se mantenía sofocante. Las barras de bebida servían cerveza helada y agua a ritmo frenético. Food trucks instalados en los accesos despedían olor a especias y carne asada, mientras en los altavoces sonaba una playlist de hits urbanos para ir calentando motores. La gente se hacía selfies con la fuente central iluminada, o simplemente se abrazaba para celebrar el reencuentro con amigos y música en directo.
🎶 Gynebra: frescura, baile y conexión generacional
La valenciana Gynebra abrió la noche con puntualidad casi británica. Cuando se encendieron las luces del escenario, la Plaza de España ya estaba casi llena, con el público apretado pero expectante.
Su entrada fue pura actitud: vestida con top deportivo y pantalón ancho, acompañada de un cuerpo de baile joven y diverso, arrancó con un tema cargado de beats graves y bases electrónicas. Desde el primer "¡Buenas noches Sevilla!", logró enganchar al público, que respondió con chillidos y palmas.

Gynebra demostró que el nuevo reguetón hecho en España no tiene nada que envidiar a las grandes producciones internacionales. Sus letras directas y festivas, celebrando la libertad y la autenticidad, resonaban especialmente entre las chicas jóvenes, que bailaban y se coreografiaban mutuamente.
La puesta en escena fue dinámica: luces LED de colores vibrantes, cambios de coreografía en cada tema y un juego de humo que generaba siluetas teatrales. El sonido fue impecable: bajos profundos que hacían vibrar el suelo de azulejos y voces limpias que demostraban que Gynebra es mucho más que una cara bonita en TikTok.
En un momento íntimo, interrumpió la música para dirigirse al público: "Gracias Sevilla por estar aquí a pesar del calor. ¡Sois unos valientes!" Esa frase arrancó ovaciones y carcajadas, consolidando una conexión genuina con la audiencia.

🏝️ Henry Méndez: viaje a los orígenes del reguetón de fiesta
La segunda actuación marcó un cambio de tono claro: Henry Méndez subió con la misión de hacer bailar a todos sin descanso. El dominicano afincado en España apareció con camisa estampada, gafas de sol y un magnetismo que llenaba el escenario incluso antes de cantar.
Arrancó con Noche de Estrellas, y el público respondió al instante con saltos y brazos en alto. El calor no daba tregua, pero nadie quería parar. Henry caminaba de un lado a otro del escenario con absoluta soltura, dirigiendo al público como un maestro de ceremonias de la vieja escuela del reguetón.

Cuando empezó El Tiburón, la plaza entera rugió. Se formaron pequeños círculos de baile improvisados entre grupos de amigos. El estribillo fue un canto coral, con decenas de móviles grabando cada momento.
El set list fue un repaso por sus mayores éxitos, incluyendo Rayos de Sol, que encendió la plaza con sus notas reconocibles desde la primera sílaba. Henry aprovechaba cada pausa para bromear: "¿Hace calor? ¡Pues vamos a sudarlo todo!"
El sonido siguió siendo de alto nivel, con una percusión demoledora que retumbaba en el canal de agua de la Plaza. Henry agradeció varias veces la entrega del público sevillano, recordando que "esta tierra sabe de fiesta como nadie". Cuando se despidió con "¡Nos vemos pronto Sevilla!", la gente le respondió con un aplauso cerrado y silbidos pidiendo un bis.

💫 Mafalda Cardenal: emoción y honestidad sobre el monumental escenario
Tras la euforia caribeña, las luces se atenuaron y un silencio expectante se adueñó del espacio. Fue el momento de Mafalda Cardenal, quien supo construir un oasis íntimo en medio del jaleo festivalero.
Apareció vestida con botas y un traje blanco, guitarra en mano y una banda reducida pero precisa. Desde el primer acorde, su voz clara y emotiva capturó a los asistentes. Canciones como Tu fan y Solo un nombre sonaron delicadas, casi frágiles, haciendo que muchos se quedaran callados, grabando en sus teléfonos o simplemente escuchando con los ojos cerrados.

Entre tema y tema, Mafalda hablaba con voz pausada, agradeciendo a Sevilla por “dar espacio a todas las emociones, y dejarla hablar sobre sus exs”. El público respondió con gritos de ánimo y alguna declaración de amor espontánea que provocó risas.
El sonido se ajustó con mimo: reverberación justa, silencios medidos. Incluso el viento cálido que movía las luces del estanque parecía adaptarse a su propuesta. Fue un set breve, pero cargado de intención, que aportó matiz y diversidad al cartel.

🎤 Abraham Mateo: pop latino, baile y carisma andaluz
Si algo caracteriza a Abraham Mateo es su capacidad para convertir cualquier escenario en un show total. Salió cuando la noche ya había caído del todo, con el público apretado como sardinas pero con ganas renovadas tras el descanso para beber y comer algo.
Desde que sonaron los primeros acordes de Señorita, el público explotó. Decenas de móviles iluminaban el recinto, generando un efecto estelar que se reflejaba en el agua del canal central. Abraham apareció con su característico gorro y pañuelo, combinando estética urbana y andaluza sin miedo al exceso.

El repertorio fue un derroche de hits: Loco Enamorado, Háblame Bajito, Clavaíto y Quiero Decirte. El público coreaba cada palabra mientras Abraham se movía con destreza entre bailes coreografiados y saludos personalizados a las primeras filas.
En un momento emotivo, paró la música para agradecer a Sevilla: “Aquí fue donde di mis primeros conciertos de niño. Siempre es especial volver.” El aplauso fue ensordecedor.
El sonido incluyó arreglos electrónicos potentes y cañones de humo sincronizados con los drops de las canciones. Todo estaba pensado para el espectáculo, con una energía innegociable que mantuvo la plaza vibrando durante más de una hora.

🌟 Ozuna: superproducción y clímax multitudinario
El gran momento de la noche llegó con Ozuna, cabeza de cartel y estrella internacional. Su aparición se hizo esperar, generando un rumor colectivo que se transformó en rugido cuando se apagaron todas las luces.
Su entrada fue espectacular: cañones de humo, luces cegadoras y un beat grave que se sentía en el pecho. Arrancó con Se Preparó, y ya no hubo vuelta atrás.
Durante casi hora y media, Ozuna encadenó éxitos como Criminal, Vaina Loca, El Farsante y Taki Taki. El público cantaba cada verso, haciendo temblar literalmente el suelo histórico de la Plaza de España. La producción fue de nivel internacional: luces móviles, pantallas gigantes con visuales personalizados, pirotecnia y humo que se elevaba como olas sobre el público.

Ozuna supo leer a la audiencia: alternaba momentos bailables con saludos cercanos. En un momento agradeció con humildad: “Sevilla, sois fuego. Gracias por esperarme con este calor.”
El final fue apoteósico con Taki Taki, que convirtió la plaza en un mar de saltos y luces de móvil encendidas. Cuando se apagaron los focos, la gente se quedó pidiendo más, demostrando que el reguetón en Sevilla no es solo una moda, sino un fenómeno cultural consolidado.

✨ Valoración crítica y conclusión
BIGSOUND Sevilla 2025 volvió a demostrar por qué es una de las paradas más esperadas del Icónica Santalucía Sevilla Fest. Su cartel fue diverso y bien estructurado, permitiendo viajar de la frescura juvenil de Gynebra a la nostalgia de Henry Méndez, de la intimidad de Mafalda a la espectacularidad de Abraham Mateo y Ozuna.
La logística fue solvente pese a las temperaturas extremas, con sonido impecable y organización fluida. La mezcla de patrimonio monumental y música urbana demuestra que Sevilla sabe abrazar pasado y presente sin complejos.
En Crowding News seguimos cubriendo cada cita del Icónica y los festivales del verano, ofreciendo la experiencia más completa para quienes aman la música en directo. Te invitamos a seguir nuestras crónicas para no perderte nada de la gira de festivales urbanos y latinos que recorre España este verano.